Ojos gatos...

La cerveza ha echo estragos, mi caminar es ahora el de un cuerpo alegre, la música estridente se empalma sobre mis oídos y los aturde, ahora mi concepción de “dandy” es la de una silueta desfajada con la lengua arrastrando. Aun así tus ojos gatos se fijan en mi y me abren el balcón de tus necesidades para que me arroje en ellas. Es hora de enfrentar la realidad, esto no se puede detener, pues aun sobrio mis manos sudan cuando el verde, intenso, de bandera, convocan a este soldado mercenario a debatir la guerra que esta perdida. Tus ojos gatos me han llamado, me dicen que debo llevar mi fusil, que es tiempo ya de volver a combatir y es que son precisamente tus ojos gatos los que acarician mi mejilla, los que dicen que no es la borrachera, tus ojos gatos que posan sus expectativas en este cuerpo tambaleante y alegre, borracho y centinela que te han visto llegar. Tus ojos gatos me han llamado y temo mucho no tenerlos, si no es que en la próxima borrachera nocturna de sábado, me aventuro y te beso los parpados y beber tus lagrimas la mañana del domingo, en que crudo y con dolor de cabeza me diga “ya vendrá otro sábado para que esos ojos, de gato, me miren”