Y entonces volteas y tu cara está cubierta por gusanos que comen un poco de tus ojos, especies de remoras se adhieren a tu entrepierna y eres un solo clamor de dolor, extrañamente tu alarido se confunde con gemidos de un vizarro placér que salen directo de tus pulmones sin pasar por el diafragma, aun así el mensaje es claro, tu lenguaje corporal lo dice, estás gozando la muerte de este animal que poco a poco se va desintegrando, las llantas de los coches lo aplanan...
El olor del animal muerto invita a mi apetito...
1 comentario:
Me preguntaba si existe la oportunidad de bailar la ultima puieza antes de que sea tarde...los caminos siguen perpetuos y creo que se niegan a separase...manda la señal...
Atte...
La mas eterna de tus princesas...
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