Esta mañana salios a pasear mi perro Marx y yo al parque de mi fraccionamiento. Las ancianas caminan enfundadas en sus rompevientos, con una cara de desaparición, caminan rápido tratando de no ser alcanzadas por la vejez, el olvido y la muerte.
Total que ahí voy con el Marx cuando de pronto es confrontado por 4 perros, propiedad del nuevo jardinero que fue contratado por el comité de vecinos (al cual no nos injvitan ni a Bisbirijes, ni a la Maestra ni a mi). El mas grande es una negra, de mala facha, tiene como almorranas, hay uno gris que parece un lobo, es el mas distante y también el mas acabado, hay dos chicos, un poodle bastante corriente que va lamiendo el trasero sangrante de la negra (parece una colita de pavo), y el mas chiquillo es un pinche perro enano que fue el que encaró a Marx. Mi perro no es pelionero, es juguetón y brusco, pero tampoco es dejado, y en un dos por tres abrazó al perro con sus patas delanteras, lo tumbó al piso y le puso el hocico en la garganta.
El jardinero enojado retiroo a sus perros montoneros, desde hoy solo un perro manda en Green Valley, y es MARX!
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