Víctor en su mejor posición… (de perrito)
Al que todos veíamos diario en las afueras de nuestras casas en nuestra cuadra. El que llego al barrio de no se donde, solo sabíamos que era negro y que tenia el cuello a medio degollar.
Todos al principio decíamos “mira, pobre perrito”, pero como todo, lo que no sirve estorba en este mundo matraca.
Semanas después ya tenía nombre, “Víctor”, era el fiel guardián que cuidaba los carros de todos los vecinos. Un día a alguna mente perversa se le ocurrió que como Víctor tenia ya tenia un olor algo desagradable, había que eliminarlo.
Escapo dos veces del tipo gordo de la perrera, hoy en el tercer intento por fin y con refuerzos, el tipo gordo logro apañar a Víctor.
Este es un homenaje, póstumo quizás, pues a esta hora Víctor ya debió haber sucumbido ante los olores y vapores tóxicos de la cámara en que matan a los perritos que ya no son graciosos a la sociedad.
Elevamos nuestras plegarias para aquel que sin dueño, logro ser mi amigo fiel.
Hasta siempre Víctor, corre, corre, pero esta vez no correrás de la perrera, esta vez correrás en un lugar en el que no habrá más dolor y tu cuello sanara y no sangrara más.
Un abrazo en donde quiera que estés.