sábado, mayo 03, 2014

No puedo escribir, gracias por acabarme.






lunes, noviembre 19, 2012

Gjkljñkj´ñlkjjGjhjhñlkj´jñ.

Llego cuando la fiesta ha comenzado, y ya haz bailado el vals,
con un elegante retraso, con tenis y sin invitación.
Utilizo mis artimañas para colarme, entro y saludo a tus tías,
voy a la barra y pido un trago, tu papá me ve desconfiado.

Mis amigos esperan afuera, veo a tu novio y le pregunto por ti,
aprieta las quijadas y yo socarrón sonrió, 
volteo a la pista y distingo el resplandor de tu cabello rojo,
 estás bailando con los ojos cerrados thity-three de los smashing,

Llego y me incorporo al baile, suelto mi bebida y te beso.
Tú sin dejar de bailar solo preguntas: quién eres?
- soy manuel, no te asustes, ya nos conocíamos,
solo que no te acuerdas, o nos conoceremos en algún 
momento de la historia, eso no importa ahora-.

Te vuelvo a besar
y en un punto intermedio del  beso,
tus ojos se abren y generan un escandaloso silencio,
justo como el silencio que se escucha 
cuando la muerte canta entre latido y latido cardíaco.

Sin decirnos nada, sabemos qué es lo que sigue,
we are just too much for good consciences.
Salimos corriendo del lugar ante las miradas de todos.
 Fuimos a cenar tacos orientales,
después hicimos el amor y dormimos hasta tarde.

El domingo nublado trascurrió mientras veíamos maratones de series gabachas y comíamos palomitas con pickles. 

miércoles, febrero 22, 2012

prosas a unos ojos...

Son tus ojos que han encontrado una figura siniestra y misteriosa donde solo hay una sobra borrosa que a diario se pierde para no encontrarse...

Son tus ojos claros, apabuyantes piedras que lapidan aquellos secretos que conviene no callarse...

Son tus ojos, malditos, ponsoñozos, hermosos, los que mantienen a un cuervo a raya, a lo lejos pensando cómo sacarlos y comerlos...

lunes, octubre 10, 2011

problemas con la autoridad...


Se encontraba frente a una botella de whisky barato y a un cenicero repleto de cenizas y colillas cuando llegó, no tocó la puerta, simplemente entró y reconoció el sitio, ya se había encontrado muchas veces en ese sillón desnuda viendo cualquiera de las revistas que se encontraban en el buró con patas de lata.

Se desvestía a sus espaldas hasta quedar sin ninguna prenda y tomó asiento con las piernas echadas a la izquierda y entonces le dijo: Deberías de pedirme una disculpa y después hacérmelo oral.

El, volteo y sin hacer gesto alguno se puso de pie, en un movimiento brusco le tomó con fuerza de los cabellos y la levanto, azotó su cuerpo contra las paredes del estrecho pasillo, la sangre le bañaba el blanco y desnudo cuerpo que se desplomaba al suelo, inerte y con los ojos bien abiertos. El solo esgrimió un: tú no me mandas!

lunes, octubre 03, 2011


Mi manera de decir que te amo hasta el fin y que haría hasta lo menos pensado por buscar tu bien, es huir, correr tan lejos como mis pulmones oxidados y mi pierna apagada me lo permitan. Cuando dejes por fin de mencionarme y cuando cese el odio que tan amorosamente me profesas, cuando finalmente se escuche de nuevo en las cantinas y arrabales que me extrañan la algarabía de una docena de personas que con asombro vitorean mis fracasos,  será la señal de que lo logre, por fin logré ponerte a salvo de mis manos, y podré decir orgullosamente  que te perdoné la vida.




Shaiten, baiten, yogglins! damm it!

jueves, septiembre 22, 2011

Eira.

Yo solía tener una novia que se llama o se llamaba, sabe dios, Eira. Ella era maestra de mi hermana,  estaba loca, pero loca loca, es o era psicóloga y decía que se parecía a Jenifer López. Cada 15 días viajaba hasta la capital verla. Nos emborrachábamos, nos íbamos al monumento del ángel a poner los mariachis o algún trío que se encontrara por ahí. Ella se estaba divorciando, pero aun vivía con el tipo, según ella, dormían en camas separadas, cosa que yo no creía pero francamente tampoco me importaba, a esas alturas de mi vida, ser balaceado por algún novio o esposo celosos era una aventura que podría yo escribir en este blog, ademas de que se iba haciendo costumbre enredarme con mujeres con casa.

La cosa es que después de algunas semanas de salir y disfrutar de buen sexo callejero, (y me refiero al que se hace en las esquinas y callejones emocionantemente, sobre todo en una ciudad tan mojigata como la capital,)  Eira me llama un día, yo estaba en Juaritos y me llamó a mi nextel y esto fue lo que dijo: Manuel, te tengo una sorpresa, llegamos en 3 horas! Por fin me salí de la casa, ya tengo el equipaje en el carro estamos ya en camino, para que estés preparado, por fin vamos a dormir juntos y para siempre.

Yo me quedé perplejo y colgué. Jamás le volví a contestar, después solo escuchaba el radio a dale y dale, timbre y timbre, y luego dejaba mensajes de voz en los que fue gradualmente poniéndose furiosa hasta que llorando me decía lo mucho que me odiaba y lo poco hombre que le resultaba.

Qué se supone que hiciera yo? Ella era una psicóloga loca, maestra de mi hermana, que decía que se parecía a Jeniffer Lopez, que de buena a primeras quería hacer su nido en mi hogar con todo e hija y maletas,  y yo un balagardo borracho, que lejos estaba de querer volverse a casar. Qué se supone que dijera yo?

Tiempo después me agregó a feisbuk para decirme groserías y hoy veo que me ha eliminado. Bien por Eira, primera cosa sensata que veo que hace en su vida! La voy a agregar a ver si no se ha divorciado aun.

jueves, agosto 25, 2011

hay ya basta, si escribo otros corre el riesgo de ser aun peor que los otros dos!

De tu pelo chino.

Era yo solo un loco que andaba corriendo de aquí para allá, rengueando, regularmente borracho o venciendo a la resaca, esperando apagar la luz y que de una buena vez la vida se encargara de terminar conmigo en venganza inmisericorde por mis intentos de acabar yo con ella, o de importunarla hasta el punto de hacerla poco vividera. 

Pero encontré tu pelo chinito, y aquella noche solo, como de costumbre borracho, la vida decidió vengarse de mí a cuentagotas.

Perro gris.

Espacios breves por los que se filtra tu sombra.
A veces puedo ser el de siempre, casi nulo, casi perro,
de esos que van por la calle sin que nadie los perciba,
de los grises, sin gracia, ni pedigrí, ni raza,
con patas cortas que las señoras corren de sus casas a escobazos.

No siempre soy este tipo de cánido,
a veces cuando los breves espacios dejan entrar
un poco más de tu silueta a las paredes de esta habitación
soy uno de esos perros locos que se persiguen la cola,
que se comen la basura, las cortinas y beben del retrete.

Luego a cierta hora de la madrugada, ladra, y ladra y ladra,
a una sombra efímera que pasa y se difumina,
dejando solo la duda en sus ojos daltónicos
carentes de destello y eternamente tristes,
como los de un perro sin dueño.