Son tus ojos que han encontrado una figura siniestra y misteriosa donde solo hay una sobra borrosa que a diario se pierde para no encontrarse...
Son tus ojos claros, apabuyantes piedras que lapidan aquellos secretos que conviene no callarse...
Son tus ojos, malditos, ponsoñozos, hermosos, los que mantienen a un cuervo a raya, a lo lejos pensando cómo sacarlos y comerlos...