Llego cuando la fiesta ha comenzado, y ya haz bailado el vals,
con un elegante retraso, con tenis y sin invitación.
Utilizo mis artimañas para colarme, entro y saludo a tus tías,
voy a la barra y pido un trago, tu papá me ve desconfiado.
Mis amigos esperan afuera, veo a tu novio y le pregunto por ti,
aprieta las quijadas y yo socarrón sonrió,
volteo a la pista y distingo el resplandor de tu cabello rojo,
estás bailando con los ojos cerrados thity-three de los smashing,
Llego y me incorporo al baile, suelto mi bebida y te beso.
Tú sin dejar de bailar solo preguntas: quién eres?
- soy manuel, no te asustes, ya nos conocíamos,
solo que no te acuerdas, o nos conoceremos en algún
momento de la historia, eso no importa ahora-.
Te vuelvo a besar
y en un punto intermedio del beso,
tus ojos se abren y generan un escandaloso silencio,
justo como el silencio que se escucha
cuando la muerte canta entre latido y latido cardíaco.
Sin decirnos nada, sabemos qué es lo que sigue,
we are just too much for good consciences.
Salimos corriendo del lugar ante las miradas de todos.
Fuimos a cenar tacos orientales,
después hicimos el amor y dormimos hasta tarde.
El domingo nublado trascurrió mientras veíamos maratones de series gabachas y comíamos palomitas con pickles.
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