Terrorismo

Domingo 12 de la mañana, un departamento vacío, frente al teclado, una copa de cerveza y nueve cigarros que amenazan con no rendir hasta las 7 de la mañana. He devorado un libro de Psicología medica setentero, que me dice que hay una lesión mental denominada “cretinismo”, ¿quién iba a decirlo?, los cretinos son incapacitados mentales.

Pretendo escribir algo a cerca de terrorismo, sin embargo las palabras no vienen a mis dedos. Una cucaracha me vigila desde el techo, pensé en asesinarla, sin embargo es un buen acompañante, solo me mira mientras escribo, la he nombrado Gregorio, o ¿Gregoria? No sé, es demasiado fea para ser mujer, sobre todo es muy silenciosa.

En la tele están por descifrar una violación en “La ley y el orden”. Caray! Esos detectives son ciegos, cualquiera impedido mental se puede dar cuenta que el violador no es el “negrito”, ni el “yupie” blanco que desafía los rudos modales de Detective Monch, (ese Monch es bueno, debió haber sido psicólogo), ahora tratan de incrimina al padre de la “afectada”, esos detectives si que son unos cerdos pederastas en potencia, su imaginación vuela muy lejos.

Una hermosa chica popular, hija de un honorable medico, en su fiesta de 16, mas borracha que Jim Morrison, con todo el equipo de fútbol como invitados, pierde su virginidad con “Cuco” (en la bola ni se supo), decide que es más decoroso acusar al tal “Cuco” de violación... Chingado! No se puede confiar en las mujeres...

Eso me dice: Debo asesinar a Gregoria, si no, a este paso terminare acusado de ataque sexual a una blátido de 6 patas y largas antenas.