El dulce pero simple aroma del imperio...

El aroma del imperio te enerva, sus calles por las que corren extranjeros y minorías, casi tan rápido como el dólar de mano en mano en cada uno de los puestos de productos chinos, tan atractivos como baratos y defectuosos. La gente por allá no se pregunta si hay ejecutados hoy, así como no se preguntan la mayoría de los eventos que a sus ojos aparecen día a día, para eso están programados, para vivir sin preguntarse si su almuerzo lo ha pagado el gobierno con la sangre de niños iraníes, o si los pantalones de a 10 dólares son gracias al sudor de 700 costureras explotadas y muertas de hambre en Guatemala. No piensan! Y por un momento, me hace pensar, si a caso sería mejor no pensar. Solo ir por la vida en un acto incesante de consumo, ganando, gastando, “teniendo”, siendo feliz, vaciamente feliz…

Estaba yo en la corte esperando a que un juez de buen talante me condonara una infracción de transito, veía a todos aquellos espectros flotantes, sin aparente rumbo, sin la preocupación de estar solos, ah!, por que también lo están… Apuesto que todos pensaban en lo mismo, los arreglos de thanks giving, ir a comprar alguna prenda de vestir, cambiar de compañía de teléfonos, mandar postales de alguna festividad a algún lejano pariente al que es mejor enviarle una postal que invitarlo a casa… bla, bla, bla…

Todos pensando mierda… O será solo que yo tengo que pensar en alguna otra mierda diferente, igualmente fascista e impuesta por un sistema diferente, abismalmente mas mesquino pero definitivamente igual de mal intencionado, solo que su mierda infla su ego y mi mierda pretende subsistir. Y me sorprendí dejándome ir, viendo cómo mi madre compraba y compraba, saboreando el olor de las tiendas que huelen siempre a navidad o cualquier otra fecha consumista, pensado en compra arreglitos para mi casa… Disfrutando del hecho de NO ESTAR EN MEXICO! Finalmente el juez me perdona mi multa y solo pago diez dólares de los 80 que originalmente debía… El sistema funciona!

Es triste, buscar evadir la realidad en otra mentira, al regresar, de nuevo el temor de pisar zona de guerra, los soldados que esperan a que me toque rojo en la aduana para ir a ver que me roban, cuidarme en los semáforos pues ya es noche, y la desesperanza que lega el tener que abrir lo ojos y continuar teniendo la pesadilla en que se nos ha convertido la vida aquí en México…

WE ALL WISH THE AMERICAN DREAM!