Emergidos de la catacumba de los 90s, hundidos en la neurosis causada por una aparente nada, por un bagaje teórico escaso o nulo, tiranizando las enseñanzas de nuestros padres en contra de la sed de cambio, evolución y vientos libertinos. Todos caminamos hacia allá.
El ultimo ídolo nos enseño que la muerte era la salida, ese día después de consumir fuertes dosis de heroína que le haciia escapar de su inmunda realidad, tomó su escopeta, volteo a ver a su mujer, su amada Courtney, ella quien le ayudo a escapar de madre, ella que sigue por ahí lidiando con el luto de la viuda negra y gastándose su dinero, ella que era el gatillo, ella que no lo detuvo… BLAST! Los sesos de Covain por la sala y ahí va nuestro sueño reciclado con ellos.
Hoy vagamos todos, buscando un cuerpo para amar, en donde poner nuestras maletas llenas de expectativas e ilusiones, cargando al “contrario” con nuestras fabricaciones a partir de una realidad soft y conveniente esperando que lo acate como verdad única. Y si no, eres un culero.
Solo quiero mi Annie Hall, no mi Courtney Love.
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