Suelo respirar más profundo para que el cálido vientecillo frío entre hasta lo mas profundo de mis pulmones e inunde cada neurona y glóbulo rojo con ese olor nostálgico de otoño, que recrea las noches en que juré que sería la mujer de mi vida, cuando di jaque mate a la princesa, de cuando le dije que no era casado y comencé a hacerle el amor al ave de su cintura, de cuando en medio de todos excesos me jactaba de ser muy consentido por Dios.
Hoy hay solo una historia, caminas a mi lado y espero que la justa pero fría balanza de libra ponga todo en equilibrio para que sea mejor para ti, a ti que precisamente te tocó lidiar con el mas desmejorado de todos los que he sido, que te toco ver cuando empecé a ser el que juré nunca ser.
1 comentario:
En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
ES USTED MISTERIOSO, ENCANTADOR....
ROSA.
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