lunes, mayo 05, 2008

Mi Annie Hall...


A veces no se si quiero este regalo. Mentalizar cada uno de los sentimientos es seguro, manejando un margen de error casi inexistente, cada paso seguro, como sometiendo cada emoción al estricto y riguroso método cartesiano.

Se quedan cosas sin decir, letras sin dibujar, teclas sin presionar, riesgos innecesarios sin correr.

El empirismo resulta ser infalible, pero a veces limita a los que somos creativos, y paradójicamente llega a ser un detonante neurótico.

Cuando vine, vine predestinado, estoy seguro que no soy otra cosa que lo que soy, mentalista, no tengo otra opción. Así que lideo con los riesgos.

Pero a veces es extenuante…

No hay comentarios.: