domingo, marzo 15, 2009

Era un pajarillo...


Después de presenciar la guerra de botellazos en el wiski bar, la noche aun ni siquiera se acerca a ser caótica, menos perturbadora. Nos vamos a un bar de pandilleros en el que hacemos los pininos en materia de cortejar chicas banda.

Me acerco a la barra y allí está, siento sus nervios y cómo frenéticamente mece sus cabellos con ambas manos, hiperquinecia, voltea a verme y evade cuando yo regreso la mirada en cortesía, extiendo mi mano le pongo de frente mi cerveza, la ve y la toma sin decir nada, da dos tragos y me regresa la lata, -cómo te llamas- dijo, -Manuel, y tú?- contesté. Me dice un nombre que no recuerdo y sigue meciéndose el cabello hacia enfrente compulsivamente. Me mira y se va a acercar, tenía unos ojos lindos y una nariz algo grande, siempre he tenido una fijación por las narices raras.

Llega mi hermana y mi primo el nano, me halan y me dicen - no mames wey, es hombre! - ...
Bueno, bueno, un error lo tiene cualquiera, pero, si tiene pico de pato, huele a pato, camina y hace como pato, aunque sea un ganzo, pato será...

La noche culmina como debe, con una emoción para el anecdotario de este escuadrón de la muerte.

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